Padres muy modernos

Al llegar a ciertas edades eso de ir de vacaciones con los padres deja de ser divertido. Con la adolescencia muchos se ven en la necesidad de arrastrar a sus hijos que, con cara de disgusto, no colaboran demasiado para que las vacaciones sean más agradables. Normalmente se quejan de que preferirían estar con sus amigos o incluso encerrados en la habitación.

Puede resultar difícil separar a un adolescente de su móvil e involucrarlo en las vacaciones familiares, pero quizás también sea cuestión de ponernos un poco en su piel y realizar alguna actividad que nosotros mismos habríamos deseado hacer a su edad…y todavía deseamos llevar a cabo. Seguro que se te están ocurriendo ya varias cosas para estas vacaciones en las que involucrar a tu hijo.

Un buen ejemplo puede ser una de las divertidas excursiones de jet ski Denia en Denia. Subirse en una moto de agua es un plan atractivo para cualquier persona pero para un adolescente seguro que va a ser algo totalmente irresistible. Si el anuncio de que va a participar en una de estas excursiones no lo quita de su habitual estado de apatía, es que el caso no tiene remedio.

Hay que tener en cuenta que si el adolescente tiene menos de dieciséis años no podrá pilotar personalmente la moto, pero podrá disfrutar igualmente como acompañante de sus padres. Si ya tiene dieciséis la experiencia será completa ya que podrá ponerse a los mandos del jet ski. En cualquier caso, será algo que se salga de lo habitual y que lo acerque, seguramente por primera vez, a este tipo de vehículos.

Disfrutar de un paseo relajante, de carreras trepidantes, de descubrir parajes casi ocultos o de un baño en altamar son solo algunas de las cosas que se pueden hacer durante estas excursiones en las que a veces hay tiempo incluso para tomarse un refresco en uno de los chiringuitos de playa para coger fuerzas para la vuelta del paseo.

Si la experiencia es satisfactoria quizás se pueda pensar en repetir o incluso en probar otras aventuras nuevas, como un viaje en barco o ¿por qué no?, tratar de volar con un flyboard. Es cierto que si hacemos esto tanto podemos acabar impresionando positivamente a nuestro hijo como convirtiéndonos en el blanco de todas sus burlas durante una larga temporada, pero al menos se habrá logrado el objetivo de reír juntos.